Codice: ZI04071106
Data pubblicazione: 2004-07-11
Fecha publicación: 2004-07-11
Juan Pablo II donará al patriarca ortodoxo de Moscú el icono de la Virgen
de Kazan
Una de las imágenes más veneradas por los ortodoxos a través de la historia
LES COMBES (INTROD), domingo, 11 julio 2004 (ZENIT.org).-
Con el deseo de promover las relaciones fraternas con la Iglesia ortodoxa rusa,
Juan Pablo II devolverá el 28 de agosto uno de los iconos más venerados en la
historia de ese país al Patriarcado de Moscú.
«Hace una semana, el Santo Padre comunicó al patriarca de Moscú su deseo de
donar a la Iglesia ortodoxa rusa el sagrado icono de la Virgen de Kazan», reveló
por sorpresa este sábado Joaquín Navarro-Valls, portavoz de la Santa Sede.
«Desde que hace años el Papa recibió este sagrado icono --añadió el director de
la Oficina de Información vaticana-- siempre ha sido su profundo deseo donarla
para que regrese a la veneración del pueblo ruso».
«Llegado ahora el momento propicio --explicó Navarro-Valls-- se ha concordado la
fecha del 28 de agosto próximo, fiesta de la Dormición de la Virgen según el
calendario ortodoxo, para que tenga lugar la entrega del sagrado icono».
El Santo Padre «espera que esta peregrinación romana de la Virgen de Kazan pueda
contribuir a la deseada unidad entre las Iglesias católica y ortodoxa», concluyó
el portavoz.
La imagen de Kazan es un pequeño icono del siglo XVI que apareció
prodigiosamente en Kazan, capital de Tatarstán y que se hizo famosa por sus
milagros.
En 1904 desapareció misteriosamente, con toda probabilidad fue robada. En 1917,
durante la revolución, un mercante la vendió a algún coleccionista de Gran
Bretaña. En los años sesenta reapareció en los Estados Unidos, donde había
pasado a formar parte de subastas de arte internacional. En este contexto, fue
comparada por la Armada Azul, organización católica de devoción a la Virgen de
Fátima, que en 1993 la entregó al Papa.
Desde entonces el obispo de Roma ha conservado el icono en la capilla de su
apartamento, esperando la oportunidad de encontrarse con el patriarca Alejo II
para devolvérselo, pues en cuanto jefe de la Iglesia ortodoxa rusa considera que
es su legítimo propietario.
Al recibir en noviembre pasado al presidente ruso Vladimir Putin, Juan Pablo II
manifestó su deseo de poder devolver «cuanto antes» el icono a la Iglesia
ortodoxa.
Con esta decisión, Juan Pablo II renuncia a unir la devolución del icono a un
posible encuentro con el patriarca ruso, como había tratado de hacer el año
pasado, en el contexto de un viaje papal a Mongolia, en el que se había previsto
una escala en Kazan.
Según el vicepresidente del Departamento para asuntos exteriores del Patriarcado
de Moscú, el arcipreste Vsevolod Chaplin, «las cuestiones de la visita del Papa
en Rusia y de la restitución del icono a la Iglesia ortodoxa, según nosotros, no
pueden confundirse».